El estilo Wu que nos ha llegado a
través de Ma Yue Liang y su familia se desarrolló en Shanghai a principios del
siglo XX. Es un estilo marcial diseñado para duelos uno contra uno tal y como
se puede entender después de analizar sus principios. Una de las
características del estilo Wu más llamativas y diferentes al resto de estilos
de taijiquan es la colocación paralela de los pies. Los pies paralelos tienen
como objetivo principal optimizar el uso de la fuerza hacia delante ya que es
donde está nuestro oponente situado.
El cuerpo musculo-esquelético está
compuesto por unas articulaciones con función de “bisagra” que permiten la
flexión y extensión de las extremidades. Estas bisagras se encuentran en
tobillos, rodillas, pliegue inguinal, hombros, codos y muñecas. Si colocamos
los pies paralelos estamos alineando las bisagras de los tobillos, las bisagras
de las rodillas y las bisagras de los pliegues inguinales para que se extiendan
hacia delante, todo el tren inferior se alinea en una misma dirección para
sumar fuerzas. Si además de colocar los pies paralelos bajamos los codos para
que apunten hacia el suelo, también conseguimos alinear hacia delante las
bisagras de hombros, codos y muñecas. De esta manera todo el cuerpo se asocia
para aplicar toda la fuerza de extensión muscular hacia delante. Para poder
aprovechar esta alineación de fuerzas tenemos que mantener la cadera y las
piernas como una unidad, si giramos la cadera para ceder a una fuerza desde los
pies paralelos entraremos en desequilibrio. Para evitar esta situación, en el
estilo Wu los giros del cuerpo se realizan desde la cintura. El giro desde la
cintura implica la torsión de los cuerpos vertebrales dentro del propio eje
corporal y al no usar la cadera en el giro, el movimiento es más condensado y
cercano al eje, por lo que se favorece el equilibrio y la fuerza.
Otra ventaja del giro desde la
cintura es la compresión de las espirales verticales. Al tener los pies
paralelos estamos restringiendo la rotación externa natural de las piernas y
comprimiendo la raíz, de esta manera la fuerza expansiva del jin no puede
expresarse hacia abajo (el suelo lo impide) ni hacia los lados (los pies
paralelos lo impiden), por lo que es reconducida hacia arriba y hacia delante.
Es interesante observar la relación que tienen estos dos principios aparentemente inconexos.